La delimitación de un sistema complejo no sólo requiere de una concepción común entre los miembros del equipo de investigación sobre la problemática general a estudiar, sino también de una base conceptual común y de una concepción compartida de la investigación científica y de sus relaciones con la sociedad.” Rolando García, epistemólogo y climatólogo argentino. El Plan Estratégico para Torreón con enfoque metropolitano fue el primer instrumento de planeación que se elaboró en nuestro Instituto, la gestión de este plan fue con un gran impulso social, donde se involucró a los diferentes actores de la sociedad, en este sentido uno de los objetivos principales fue “Incorporar en su proceso de elaboración, instrumentación, evaluación y retroalimentación, al conjunto de agentes sociales, que a partir de metas y valores comunes, puedan asegurar el cambio en el rumbo del desarrollo de La Laguna”. El resultado de estas mesas de consulta ciudadana en el eje de Entorno Urbano fueron las siguientes problemáticas estructurales: 1. Infraestructura deficiente en ciertas zonas de la mancha urbana y zona metropolitana. 2. Falta de planes y reglamentos que rijan el entorno urbano, sobre todo en su aplicación cotidiana y control sobre la irregularidad. 3. Baja densidad urbana, que se ha ido generando por la dispersión del crecimiento y la fragmentación de la zona urbanizada. 4. Falta de espacios públicos, que se agudiza en las zonas marginales, donde los pocos existentes están vandalizados. 5. Abandono de barrios tradicionales, lo cual significa una pérdida de seguridad, empleo, capacidad comercial y lo más importante que es la identidad. ¿Cómo se debe abordar esta problemática? ¿Con los recursos financieros, humanos, e institucionales de una administración municipal puede atender y cambiar las condiciones estructurales que dieron origen a la misma? Si reconocemos esta problemática emanada de un ejercicio de consulta pública como problemas estructurales de nuestra ciudad la atención de la misma debe pasar por un enfoque interdisciplinario. Por su parte, Rolando García, epistemólogo y climatólogo argentino explica que “la interdisciplina supone la integración de diferentes enfoques disciplinarios, para lo cual es necesario que cada uno de los miembros de un equipo de investigación sea experto en su propia disciplina”. (García: 2006:33) En este sentido, la problemática urbana no es solo dominio de ciencias como la arquitectura o la ingeniería civil. La ciudad al ser habitada (física y simbólicamente) por seres humanos y por la relación entre ellos incorpora las ciencias sociales para entender la problemática y plantear propuesta para una convivencia más armónica. En el estudio La habitabilidad del espacio público en las ciudades de América Latina. Avances en Psicología Latinoamericana (2018) se afirma que “El espacio público, como lugar donde se gestan prácticas sociales que contribuyen al encuentro de las personas, debe ser habitable y, por tanto, impactar en la calidad de vida urbana. Un espacio se considera habitable en tanto satisface necesidades humanas”. Bajo esta visión, los estudiantes de la Escuela de Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila Jennifer Ayline Quiroz Pérez, Rachid Sayd Sánchez Ovalle y Daniela Trejo Simental realizaron con asesoría del IMPLAN un instrumento para analizar las afectaciones psicológicas que se presentan en un entorno urbano vulnerable, espacios abandonados y áreas desintegradas. Además de describir las consecuencias que surgen a partir de vivir en estos entornos. El instrumento propone los siguientes bloques: ● Bloque I: Necesidades del espacio público ● Bloque II Espacio público que se quiere ver ● Bloque III: Entorno urbano ● Bloque IV: Percepción de la inseguridad ● Bloque V: Delincuencia ● Bloque VI: Comentarios adicionales Este enfoque permitirá, evaluar el impacto de las intervenciones urbanas en el espacio público desde el enfoque individual. Pues de acuerdo a la metodología CPTED (Prevención de la Delincuencia Mediante el Diseño Ambiental, por sus siglas en inglés) el confort y seguridad de los espacios públicos determinan la convivencia social y contribuye a la calidad de vida de las ciudades. (Rau & Castillo, 2008)
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